El seleccionado ibérico se impuso por 1-0 con gol de Iniesta en el segundo tiempo suplementario y consiguió su primer Mundial. El encuentro fue parejo, con mucha lucha y poco juego, y un flojo arbitraje del inglés Webb. La Naranja, que cayó en su tercera definición, terminó con uno menos por la expulsión de Heitinga.
España se consagró campeón del mundo por primera vez en su historia, tras derrotar en el alargue de la final a Holanda por 1-0 en el estadioSoccer City de Johannesburgo. El partido fue tenso, sin tanto fútbol como se esperaba, y tampoco mostró grandes diferencias entre los equipos.
El seleccionado que dirige Vicente del Bosque se adueñó de la pelota en el arranque y propuso el fútbol que más le gusta. En los primeros 15 minutos, y con un rival casi desconcertado, la sociedad entre Xabi Alonso, Xavi, Andrés Iniesta y Pedro justificó la ilusión generada.
Con la superioridad, los ibéricos avisaron frente al arco de Maarten Stekelenburg. La más clara fue un cabezazo de Sergio Ramos que despejó el arquero y que Gerard Piqué no pudo aprovechar en el rebote. También lo tuvo David Villa, con una volea que dio en la parte externa de la red.
Después de esos sofocones, los de Bert Van Marwijk se acomodaron y neutralizaron a España. No pudieron plasmar el juego que más le gusta a Holanda, pero fue el más indicado para ese momento del encuentro: elbalón en la mitad de la cancha, lo más lejos de las áreas posible.
El duelo se calentó y el inglés Howard Webb debió haber sido más severo con la Naranja. Hubo infracciones para expulsión, como una dura falta de Mark Van Bommel, un planchazo de Wesley Sneijder y hasta una criminal patada de Nigel De Jong al pecho de Xabi Alonso.
Las chances holandesas llegaron con Joris Mathijsen, quien pifió en la definición, un disparo de Arjen Robben desde afuera que Iker Casillas sacó al corner y una acción curiosa en la que una devolución de gentilesas casi se mete. El pique complicó y el guardameta la sacó al corner.
En el complemento la Roja volvió a tener la iniciativa, aunque estuvieron parejos en cuanto a oportunidades. En un tramo el clima volvió a calentarse entre los protagonistas y todo parecía indicar que el partido no terminaría con los 22 jugadores dentro del campo de juego.
Las más claras para el combinado de Van Marwijk las tuvo Robben con dos mano a mano en los que se lució Casillas. Para los de Del Bosque estuvieron cerca Sergio Ramos, con otro cabezazo -en este caso desviado-, y un rebote que Villa no pudo convertir de manera increíble.
En un primer tiempo del alargue electrizante, el ingresado Cesc Fabregas casi lo liquida. Primero apareció mano a mano, tras un gran pase de Iniesta, pero detuvo muy bien Stekelenburg y luego generó una acciónpersonal que concluyó con un disparo que salió cerca.
El árbitro no había sancionado un penal a favor de España por falta sobre Xavi y luego pudo haber convertido Jesús Navas, quien también entró desde el banco, con un remate que se desvió y salió cerca. La Naranja no lo aprovechó con un cabezazo desviado de John Heitinga.
El complemento comenzó con una sorpresa: Del Bosque sacó a Villa e incluyó a Fernando Torres, quien terminó lesionado. El cansancio se hizo notorio y hasta el momento de máxima tensión sólo se destacó la expulsión de Heitinga por doble amonestación, a los tres minutos.
A los 11, y luego de un tiro libre de Sneijder que se fue al tiro de esquina y el árbitro dio saque de arco, llegó la jugada que definió la Copa del Mundo. Un rebote le permitió a Navas dejar solo a Iniesta y el mediocampista se convirtió en héroe con una definición cruzada que infló la red.
El silbato del inglés Webb, de pobre actuación, desató la locura de España y la tristeza de Holanda. La Naranja -nunca se consagró en un Mundial- perdió su tercera final, mientras que la Roja confirmó su extraordinario presente con el título que le faltaba para mirar a todo desde lo mas alto.
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