Abrazos y festejos tras el gol de Juan |
Se clasificó a los cuartos de final con un cómodo triunfo por 3 a 0; Juan, Luis Fabiano y Robinho marcaron los goles; el viernes, el equipo de Dunga buscará las semifinales ante los naranjas, que ganaron sus cuatro partidos.
El historial de logros que precede a la goleada en contra envuelve de pena y dignidad al ciclo de Marcelo Bielsa al mando de la selección de Chile. La resistencia duró apenas unos minutos frente a la tenacidad y la eficacia de Brasil, un equipo de estrellas que impone respeto y genera temor, que se las verá a todo o nada en los cuartos de final con Holanda, el viernes que viene, en Puerto Elizabeth, a las 11 de nuestro país.
En la fría Johannesburgo se termina un romance que había comenzado en la primavera de 2007. Al menos, la relación se pausará por unos días en el sótano de las negociaciones y la incertidumbre. Marcelo Bielsa, ese hombre obsesivo por la perfección, no sabe si continuará como entrenador de Chile. Su postura ya era conocida, indiferente a la goleada que acabó hoy con la ilusión transandina en la Copa del Mundo.
Brasil bajó con fuerza el martillo de lo inapelable. Fue un rapto de inspiración que despertó complicidad entre sus máximos intérpretes. Primero fue un cabezazo de Juan, certero al ángulo. Después, casi enseguida, Luis Fabiano definió con clase tras ser asistido por Kaká, aún sin el mejor diálogo futbolístico con Robinho, quien debería ser su socio ideal. Kaká fue amonestado y cargará condicionado con esa tarjeta hasta que Brasil se mantenga en competencia.
Durante los primeros pasos del partido Chile parecía acomodarse a gusto en un ritmo de vértigo, eléctrico e interesante. Hasta parecía haber suplido las ausencias de Ponce, Estrada y Medel. Sin embargo, con espacios Brasil abrió el juego con los laterales y comenzó a gobernar las acciones. Quedó la sensación de que el planteo táctico de Bielsa no fue el que mejor se amoldaba para enfrentar a este Brasil.
La hegemonía brasileña finalmente guió el triunfo hacia una goleada con todas las de la ley. A los 13 minutos del segundo tiempo, una gran jugada de Ramires le posibilitó a Robinho reencontrarse con el gol y sellar el 3-0 definitivo.
Para Chile el estigma brasileño es una pesadilla eterna. No supera a Brasil desde hace diez años, por las eliminatorias a Corea-Japón. Además, con la caída de hoy, son siete derrotas en cadena ante el scratch. Las cifras en mundiales también son irrefutables a favor de Brasil: 4-2 (62), 4-1 (98) y 3-0 (2010).
La resignación no debería nublar el balance chileno. Ganó dos de los cuatro partidos que disputó en Sudáfrica. Aunque la cuenta final debería medirse a partir de la metamorfosis de un seleccionado que de pronto se animó a ganar partidos, a ser un equipo agresivo y rebelde. Bielsa fue el responsable de esta transformación. El DT les sacó el jugo a jugadores que para muchos tal vez eran desconocidos.
A Brasil su experiencia en Mundiales lo hace crecer. Recorre Sudáfrica de menor a mayor. En las instancias que no permiten fallas, las de knock out, Brasil pocas veces perdona.
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